

Mis padres son muy ingenuos pues durante el día me comporto como un bebé muy bueno y se lo creen. Me pongo mi gorro azul y parezco un niño normal. Sin embargo, en cuanto se duermen, salto de mi cuna, me pongo mi chaleco de cuero y llamo a mis amigos del barrio para escaparnos juntos a escuchar Heavy Metal de los 80.