jueves, 8 de octubre de 2009

ROJOS, VERDES Y DE TODOS LOS COLORES

“Ja, ja, ja, y entonces qué dijo el cachetón del puro?”


Una foto que nos sorprendió a mi tío Andruco y a mí durante una sesión de chistes de tono subido.

EL TÍO DIEGO

Ian con el tío Diego

En mi primer viaje a Celaya descubrí que tengo un sobrino. Pero si hay cosas de uno que ni uno mismo sabe que sabía!

CARMELO GARCÍA




Poco tiempo después de llegar a México me encontré con Carmelo García, uno de los perros de mi tío Iván. Aunque al principio nos enfrentamos con miradas desafiantes, poco después nos hicimos grandes amigos. Ahora el pobre García pasó a mejor vida. García, te recordaré por el resto de mis días!



Aquí estoy con mamá y mi prima Pía en una foto ligeramente desenfocada.... Después incluyo una de Pía sola para mostrar lo guapísima que es.

lunes, 5 de octubre de 2009

PARRECIDOS RAZONABLES 2




Dice mi tío Iván que me parezco a cierto personaje de la televisión española. Ustedes qué opinan?

MALO, MALO, MALO

Soy más malo que mandado hacer. Cómo hago sufrir a mi pobre abuelo!

Hay veces que tengo tanta hambre que no puedo esperar a que me den de comer y entonces opto por comer mi propio pie. Siempre está a mano (Vaya contradicción, “tener el pie a mano...”).



Esta es la mano de papá intentando sacarme el pie de la boca. “Déjame por favor, papá. Estoy comiendo requesón!”


HISTORIA DE UN NAUFRAGIO

Un buen día de agosto fuimos a nadar y yo decidí navegar un poco para explorar las aguas del mar abierto. A continuación muestro varias imágenes que describen el desarrollo de un día normal que fue empeorando y empeorando...
Aquí estoy disfrutando del paseo en barco. Como se ve en la foto, soy la imagen de la relajación.



A pesar de mis avanzados conocimientos de navegación y de llevar una brújula conmigo, me perdí. Aquí ya se me puede ver un poco preocupado.


Después de horas y horas a la deriva mi cuerpo ya comenzaba a mostrar signos de deshidratación severa. Afortunadamente, el viento sopló a mi favor y, sin saber como, me trajo de nuevo a tierra.


Aquí vemos como mis padres, tíos y primos corrieron hacia mi barco para prestarme ayuda y darme los primeros auxilios. Mi prima Pía fue la primera en ayudarme quitándome la gorra para que me diera un poco el aire en la cabeza. Me salvé!



EL INTRUSO




Durante el viaje que realizamos a la ciudad de Pátzcuaro, la puerta del cielo, fuimos a comer a un restaurante muy sabroso. Ahí estaba yo, disfrutando de la atmósfera y de las caricias de mi madre cuando de pronto llegó un “mariachi-trovador-norteño” que comenzó a engatusar a mamá, quien se olvidó de mí y de mi padre. Estábamos tan enojados que tuvimos que echar mano de nuestros revolvers para hacer correr al intruso a tiros!!!