



Los días en la clínica fueron muy agradables. Yo no hice nada más que comer y dormir. Durante todo el día entraba una enfermera tras otra y nos proporcionaban todo lo que necesitábamos.
Un detalle curioso es el del baño de nuestra habitación. La clínica era tan lujosa que cuando ibas al baño y terminabas, salía un ramo de flores a limpiarte las partes nobles y te las dejaba perfumadas. Todo un descubrimiento! Mis papás están pensando en hacer lo mismo con el baño de la casa.
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