No, no es ni Al Capone ni Vito Corleone... Es Diego Tremblay, mi padrino. Muy pronto vendrá a conocerme desde Malí, donde vive ahora mismo, y me bautizará con whisky bajo las leyes divinas del único Dios que reconocemos en esta familia: el Maestro San Joaquín Sabina.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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